Daniel Muñoz Morales. Junio de 2013
El
cerebro es el órgano de mayor complejidad del sistema nervioso del ser humano,
ya que este posee el control de todas las respuestas fisiológicas,
comportamiento o conducta y de los procesos mentales.
Se
trata de una maquinaria biológica que contiene millones de neuronas que actúan
como procesadores, y millones de conexiones entre ellas. En todo el cerebro, el número de neuronas supera los 100.000
millones, con más de 100 billones de conexiones y si se pusieran en línea recta
todas las fibras nerviosas, abarcarían una longitud de 400.000 kilómetros.
El
cerebro es la computadora de mayor
capacidad de almacenamiento de información
del mundo. Los
neurólogos aseguran que
nuestra cabeza guarda más gigabytes
que los que puede
albergar el computador más
potente.
El
cerebro corresponde a la porción más desarrollada del encéfalo. Está dividido
en dos mitades:
- El hemisferio derecho es el encargado de
funciones de percepción global, de la imaginación, de la apreciación por la
música, el arte y nos permite soñar.
- El hemisferio izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal. El hemisferio izquierdo analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, piensa en palabras y en números, es decir contiene la capacidad para las matemáticas y para leer y escribir.
A través de
Resonancia Magnética se ha observado que el Hipocampo (eje de la formación de
las emociones) es mayor en las mujeres, al igual que ocurre con los circuitos
cerebrales para el lenguaje. En los hombres, en cambio, es mayor el espacio
cerebral dedicado al impulso sexual, a la acción y a la agresividad.
El cerebro
femenino y masculino tiene muchas similitudes, pero se diferencian
principalmente en la actividad de las hormonas que influyen en nuestro estado
de ánimo. Las hormonas hacen parte de lo que hace hombre al hombre y mujer a la
mujer. Estas son las principales hormonas que actúan en el cerebro humano:
El hipotálamo controla las
secreciones hormonales gracias a la glándula pituitaria. Estas hormonas determinan el crecimiento
y comportamientos instintivos tales como el hambre, la sed, el sexo, el miedo y
la reproducción. El hipotálamo, por ejemplo, es el que controla el principio de
la lactancia cuando una mujer acaba de dar a luz.
Se ha demostrado que el
cerebro del hombre y el de la mujer tienen diferencias estructurales, se ha
visto que hasta que tiene 8 semanas de vida todo cerebro fetal parece femenino;
la naturaleza efectúa la determinación del género femenino por defecto y posteriormente
las células del cerebro del feto de la
niña desarrollan más conexiones en los centros de comunicación y las áreas que
procesan la emoción.
Normalmente las diferencias
anatómicas más notorias están en los hemisferios. En el hombre, los hemisferios
son más asimétricos que en las mujeres. Las diferencias también se dan en la
zona que une ambos hemisferios, el cuerpo calloso, esto genera la mayor
diferencia en el desarrollo de habilidades y variabilidad de funciones cognitivas.
Las niñas nacen con más
interés en la expresión emocional y son mejores que los niños al leer caras, y
escuchar. Esto se da como resultado, en parte, de la evolución genética que
posibilitó la supervivencia de la mujer. Esta conducta de la niña se atribuye a
tener mayor dotación de estrógeno que de testosterona lo que explica la
propensión a solucionar problemas por medio del lenguaje a diferencia de los
niños que tienden a competir.
Aunque se debe reconocer que
la educación que se les da a los niños ayuda a influir en la personalidad, pero
aún no se sabe que tanto se puede modificar la naturaleza del cerebro por medio
del contexto social de cada individuo.
Durante la adolescencia de
la mujer ocurre un “despertar hormonal” y es característico el cambio de
sensibilidad dependiente de la fase del ciclo menstrual en la que se
encuentran. Se ha determinado también que el cerebro de la mujer está lleno de
sustancias neuroquímicas que le obligan a buscar relacionarse.
Las hormonas afectan la vida
de hombres y mujeres, por ejemplo, cuando las mujeres producen más progesterona
y estrógeno, ayudan a la producción de serotonina, que son neurotransmisores
que se encuentran en el sistema nervioso central y está muy relacionado con el
estado de ánimo.
En la
maternidad, el cerebro de la mujer se transforma de forma estructural, y
funcional. Durante el embarazo ocurren cambios, como el aumento de la
progesterona y estrógeno que ayudan a proteger contra el estrés. También se ha
demostrado que durante el embarazo, el cerebro de la mujer se encoje y regresa
a la normalidad 6 meses después del parto.
En relación
con las emociones, los hombres intentan evitarlas porque no saben cómo
enfrentarlas, pero las mujeres, dada su alta capacidad para percibir todo tipo
de indicios y señales, son mucho más emocionales, pueden predecir el
comportamiento o adivinar el estado de ánimo de quienes la rodean, y son más
capaces de comprender y consolar porque tienen más desarrollada la parte del lenguaje
y la comunicación, por esa razón son mejores en las relaciones humanas.
Las mujeres
tienen más desarrollado el córtexprefrontal, que está involucrado en la
planificación de comportamientos cognitivamente complejos, en la expresión de
la personalidad, en los procesos de toma de decisiones y en la adecuación del
comportamiento social adecuado en cada momento, por lo que tienen menor
tendencia a enfurecerse que los hombres. De hecho se dice que el cerebro
femenino tiene repulsión por el conflicto.
En la mujer
mayor, aproximadamente 51 años de edad, aparece la menopausia, entonces los
niveles de estrógenos y oxitocina disminuyen, al igual que el nivel de
testosterona, por lo cual desciende el deseo sexual y la progesterona, que le
complica el control de la ira. Pero ya no sufre de los cambios de humor
relacionados con el ciclo menstrual.
Comienza un
cambio en la visión del mundo y todo está dado por cambios químicos en su
cerebro. Dado que el estrógeno afecta también niveles cerebrales de serotonina,
dopamina, noradrenalina y acetilcolina (neurotransmisores que controlan el
humor y la memoria) no es de sorprender que cambios notables del nivel de
estrógeno influyan en una amplia variedad de funciones cerebrales.
Son
entonces varias las razones por las cuales el comportamiento de las mujeres es
diferente al de los hombres, y aunque no todo es biológico porque también hay
influencia del entorno, la mayor parte parece serlo, pues estas diferencias en
la estructura y la química del cerebro son propias de la naturaleza.
Daniel Muñoz Morales.
http://francheskacamilo.com/1363876_Ensayos-de-Psicologia.html
http://www.nationalgeographic.es/ciencia/salud-y-cuerpo-humano/brain-article
http://leerxti.blogspot.com/2012/01/psicologia-el-cerebro-femenino.html